lunes, 22 de junio de 2009

Naturaleza al servicio del hombre

Foto: Verónica Olivero


La Región Amazónica es un enorme laboratorio natural donde se puede encontrar una exuberante vegetación, llena de plantas medicinales y comestibles que son el alimento y la cura de los nativos que viven bajo este extenso manto verde.

Desde tiempos inmemorables, los Iwias se han preocupado por realizar estudios selváticos para determinar científicamente el uso adecuado de cada planta.

La uña de gato, sangre de drago, huito, paico, entre otras, son extraídas del suelo o de los majestuosos árboles para fabricar medicamentos naturales como antiinflamatorios, contraceptivos y cicatrizantes en beneficio del hombre.

Iwias: Héroes de guerra

El Fuerte Militar Amazonas, ubicado en la Shell (Pastaza) a cuatro horas de Quito, entrena a los Iwias, indígenas amazónicos, para ser combatientes de guerra.


Sus destrezas ancestrales y su espíritu guerrero fueron fundamentales en el conflicto del Alto Cenepa en 1995, donde al sumergirse en la selva para defender la territorialidad del país, marcaron la diferencia con las fuerzas enemigas, ya que durante sus desplazamientos y sus amplios conocimientos de selva lograron determinar posiciones estratégicas del ejército peruano lo que les permitió planificar emboscadas y derrotar al enemigo replegándolos a su propio territorio.

Benalcazar, teniente del Ejército Ecuatoriano, resalta el valor de los Iwias durante esta guerra y admira el uso de armas ancestrales como la pucuna (cerbatana) que dieron resultados positivos a favor de Ecuador.

A causa de esto, el Ejército Ecuatoriano ha dado prioridad al entrenamiento del soldado Iwia formándolo como verdadero combatiente de guerra.


Foto:
Verónica Olivero

Los guerreros de la selva


Los Iwias, conocidos también como los demonios de la selva, son guerreros ecuatorianos que han sido reclutados por el Ejército Nacional para ser entrenados como soldados y proteger la soberanía del país en momentos de conflicto o actuar valientemente en cualquier misión asignada.

Recorren diariamente este inhóspito lugar al cual lo consideran su hogar ya que con el pasar de los años han logrado fusionarse y ser uno con la selva.

Tienen sangre aguerrida, es por eso que provistos de fusiles y ametralladoras patrullan sin miedo las zonas limítrofes, sobretodo la frontera norte que tiene gran influencia de fuerzas regulares o irregulares de Colombia.

Estos nativos, de espíritu guerrero, se han comprometido con el Ecuador y su gente para brindarles protección y seguridad, jugándose la vida día a día, en caso de ser necesario, para dejar en alto el honor del país.

Foto: Verónica Olivero